Allianz Commercial ha publicado el ‘Barómetro anual de Riesgos de Allianz para las empresas a nivel global’. Según el barómetro, los incidentes cibernéticos, como las violaciones de datos o los ataques de ransomware, son la mayor preocupación para las compañías mundialmente en 2025. Una vez más, la interrupción del negocio es también una de las principales preocupaciones para las empresas de todos los tamaños, ocupando el segundo lugar del ranking.

Después de otro año de intensa actividad de catástrofes naturales, en 2025 este riesgo se mantiene en el tercer puesto. Asimismo, el impacto de un gran año electoral, el aumento de las tensiones geopolíticas y la posibilidad de guerras comerciales hacen que los se sitúen en el cuarto puesto de los cinco principales riesgos. El mayor ascenso en el Barómetro de Riesgos Allianz de este año, que se basa en las opiniones de más de 3.700 profesionales de la gestión de riesgos de más de 100 países, es el cambio climático, que pasa del puesto 7 al 5, alcanzando su posición más alta en 14 años desde que se inició este estudio.

Vanessa Maxwell, directora Global de Suscripción de Allianz Commercial, comenta que “2024 fue un año extraordinario en términos de gestión de riesgos y los resultados de nuestro ‘Barómetro anual de Riesgos de Allianz ‘reflejan la incertidumbre a la que muchas empresas de todo el mundo se enfrentan en estos momentos. Lo que destaca este año es la interconectividad de los principales riesgos. El cambio climático, la tecnología emergente, la regulación y los riesgos geopolíticos están cada vez más entrelazados, dando lugar a una compleja red de causas y efectos. Las empresas deben adoptar un enfoque holístico de la gestión de riesgos y esforzarse constantemente por mejorar su capacidad de resistencia para hacer frente a estos riesgos en rápida evolución”.

Los principales riesgos para las empresas españolas en 2025

Este 2025 las empresas españolas encuestadas aseguran que fuego y explosiones, así como catástrofes naturales, son sus principales preocupaciones. Ambos riesgos experimentan la mayor subida respecto a 2024, con un 48% respectivamente. El podio de los riesgos lo completa la interrupción del negocio (que incluye problemas en la cadena de suministro), con un 36%, seguido de los ciberincidentes con un 31% que ocupan el cuarto puesto. A nivel global, este último riesgo supone la mayor amenaza con un 38% de las respuestas.

Los cambios en la legislación y la reglamentación en España ocupan la quinta posición, y engloban aspectos como el proteccionismo, requisitos relacionados con la sostenibilidad, nuevas regulaciones, etc. Las preocupaciones relacionadas con el cambio climático descienden un puesto hasta el sexto, con un 16%, seguido de la evolución macroeconómica que se mantiene en la séptima posición con un 12%.

Además, los riesgos políticos y violencia han subido dos posiciones y ocupan este año la octava posición con un 11%. En el país completan el ranking los riesgos relacionados con la crisis energética y el robo, fraude y corrupción.

Los riesgos cibernéticos siguen aumentando a nivel global

Los incidentes cibernéticos (38% de las respuestas globales) se sitúan como el riesgo más importante a escala mundial por cuarto año consecutivo, con el mayor margen de la historia del estudio con un 7%. Así, es el principal peligro en 20 países, entre ellos Argentina, Francia, Alemania, India, Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos. Más del 60% de los encuestados señalaron la violación de datos como la exposición cibernética que más temen las empresas, seguida de los ataques a infraestructuras críticas y activos físicos, con un 57%.

“Para muchas empresas el riesgo cibernético, exacerbado por el rápido desarrollo de la inteligencia artificial (IA), es el gran riesgo que prevalece sobre todo lo demás. Es probable que siga siendo uno de los principales riesgos para las organizaciones en el futuro, dada la creciente dependencia de la tecnología como vimos con el incidente CrowdStrike en verano de 2024, que puso de manifiesto una vez más lo dependientes que somos”, afirma Rishi Baviskar, director global de Consultoría de Ciberriesgos de Allianz Commercial. “Los avances en tecnología, la conectividad mejorada, las velocidades de red más rápidas y el aumento del trabajo remoto y el comercio digital continuarán elevando los riesgos cibernéticos, como las violaciones de datos y los ataques de ransomware. Además, la IA amplificará y acelerará aún más estas amenazas, pero también tiene el potencial de mejorar las medidas de ciberseguridad, ofreciendo un arma de doble filo en el panorama digital”, añade.

La relevancia de la interrupción de la actividad empresarial

La interrupción de la actividad empresarial ha ocupado el primer o el segundo puesto en todos los ‘Barómetros de Riesgos de Allianz’ durante la última década y mantiene su segunda posición en 2025, con el 31% de las respuestas. La interrupción del negocio suele ser consecuencia de sucesos como catástrofes naturales, ciberataques o interrupciones de la cadena de suministro, insolvencia o riesgos políticos como conflictos o disturbios civiles, que pueden afectar a la capacidad de una empresa para funcionar con normalidad.

Según los expertos, varios ejemplos de 2024 ponen de relieve por qué las empresas siguen considerando la inteligencia empresarial (BI) como una amenaza importante para su modelo de negocio. Los ataques de los Houthi en el Mar Rojo, por ejemplo, provocaron interrupciones en la cadena de suministro debido al desvío de los buques portacontenedores, mientras que incidentes como el colapso del puente Francis Scott Key en Baltimore también afectaron directamente a las cadenas de suministro globales y locales. Estas interrupciones causan importantes perjuicios económicos, que oscilan entre el 5% y el 10% de los costes de los productos, así como repercusiones adicionales en el tiempo de inactividad.

“El impulso hacia el avance tecnológico y la eficiencia está afectando a la resistencia de las cadenas de suministro. La automatización y la digitalización han acelerado considerablemente los procesos, que a veces abruman a las personas debido al rápido ritmo y a la complejidad de la tecnología moderna. Sin embargo, cuando se aplican eficazmente, estas tecnologías también pueden mejorar la resiliencia al proporcionar mejores análisis de datos, conocimientos predictivos y capacidades de respuesta más ágiles. Esta es la razón por la que construir e invertir en resiliencia se está convirtiendo en algo fundamental para todas las empresas del mundo”, asegura Michael Bruch, director Global de Servicios de Asesoramiento en Riesgos de Allianz Commercial.

El cambio climático alcanza un nuevo máximo globalmente

«Se espera que 2024 haya sido el año más caluroso jamás registrado», declaran desde la compañía. «También fue un año de terribles catástrofes naturales, con huracanes y tormentas extremas en Norteamérica, inundaciones devastadoras en Europa y Asia como fue el caso de la DANA en España y sequías en África y Sudamérica». Así, las inundaciones tuvieron un impacto dramático en las personas y las empresas, mientras que Japón se enfrentó a un terremoto de magnitud 7,5 en la escala Richter en la península de Noto, que provocó pérdidas aseguradas de 3.000 millones de dólares y pérdidas económicas que alcanzaron los 12.000 millones de dólares.

Tras descender en la clasificación durante los años de la pandemia, ya que las empresas tuvieron que hacer frente a retos más inmediatos, el cambio climático asciende dos posiciones en la lista de los cinco principales riesgos mundiales, situándose en el quinto puesto de 2025, su posición más alta hasta la fecha. El peligro estrechamente interrelacionado, las catástrofes naturales, se mantiene en la tercera posición con un 29%. Por quinta vez consecutiva, en 2024 las pérdidas aseguradas superaron los 100.000 millones de dólares mundialmente. En España, ésta es la principal preocupación para las empresas del país (con un 48%), igual que en Austria, Croacia, Grecia, Hong Kong, Japón, Rumanía, Eslovenia, y Turquía.

“La carga de las catástrofes naturales recaerá cada vez más en los gobiernos y los contribuyentes de las zonas propensas a sufrir costosos huracanes, tormentas e inundaciones. Asimismo, el cambio climático plantea cuestiones cruciales sobre la asegurabilidad y asequibilidad de la cobertura de determinados riesgos que se han vuelto demasiado frecuentes o probables. Por lo tanto, la atención debe centrarse en la prevención y la mitigación a través de la colaboración entre gobiernos, aseguradoras y comunidades. Hacer hincapié en la tecnología para la evaluación de riesgos y la participación de la comunidad, junto con políticas de apoyo, es esencial para mejorar la resiliencia y hacer frente a impactos más amplios”, añade Bruch.

La geopolítica y el proteccionismo siguen en el punto de mira

A pesar de la continua incertidumbre geopolítica y económica en Oriente Próximo, Ucrania y el Sudeste Asiático, los riesgos políticos y la violencia caen una posición interanual hasta la novena, aunque con el mismo porcentaje de respuestas que en 2024 (14%). Se sitúa como un riesgo más preocupante para las grandes empresas, ocupando el séptimo puesto, mientras que también es una nueva entrada en el top 10 de riesgos para las empresas más pequeñas ocupando la décima posición.

El temor a las guerras comerciales y al proteccionismo es cada vez mayor y varios análisis muestran que en la última década las restricciones a la exportación de materias primas críticas se multiplicaron por cinco. Los aranceles y el proteccionismo pueden encabezar la lista del nuevo Gobierno de EE.UU., pero por otro lado también existe el riesgo de un “salvaje oeste normativo”, en particular en torno a la IA y las criptodivisas. Mientras tanto, los requisitos de información sobre sostenibilidad ocuparán un lugar destacado en la agenda europea de 2025.

Para Ludovic Subran, economista jefe y director de Inversiones de Allianz, “el efecto de los nuevos aranceles será prácticamente el mismo que el de la sobreregulación y supondrá un aumento de los costes para todas las empresas afectadas. Sin embargo, no toda regulación es intrínsecamente ‘mala’. La mayoría de las veces es la aplicación de las normas lo que dificulta la vida empresarial. No solo hay que centrarse en el número de normas, sino también en una administración eficiente que facilite al máximo su cumplimiento. Por ello, urge una digitalización a fondo de la administración, aunque es probable que en 2025 sigamos esperando en vano la correspondiente estrategia digital. En su lugar, se avecinan guerras comerciales. Las perspectivas no son halagüeñas”.

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